martes, 30 de noviembre de 2010

Cuando MTV era MTV...

... pasaba videos como este: "Cannonball", The Breeders.


viernes, 12 de noviembre de 2010

Paul McCartney en Argentina: no se puede pedir nada más...

Estar ahí, eso quería. Todavía me acuerdo la primera vez que escuché The Beatles en mi vida: estaba sentadito abajo de la mesa de mi casa en Viedma mirando dibujitos animados mientra mamá cocinaba. "Ah, mirá -dijo Má- Los Beatles". Y ahí estaban, dibujitos animados de los Fab Four corriendo cómicamente mientras huían de las fans, y frenando a cantar alguno de sus éxitos de la primera época en las situaciones más desopilantes. Al fin y al cabo eran sólo dibujitos animados, y al fin y al cabo yo era un nene.

Sé que a partir de ese día empecé a interesarme por la música. Ahí empezó todo, todavía lo recuerdo y pasó hace 25 años. No quedan dudas de que ese momento influyó en mi vida para siempre.

Y yo ayer estaba ahí. A 30 mts de un mito viviente que revolucionó la historia de la música para siempre. Porque hay que respetar el lugar de cada uno de ellos. Eran genios, sí, pero si Lennon fue la piedra fundamental, Harrison el eslabón perdido, y Starr el acople perfecto que hizo funcionar el engranaje, Paul fue todo lo que está en el medio. Macca fue quien, después de viajar a Francia y darse cuenta que disfrazándose podía pasar desapercibido entre la gente, volvió a Londres con la idea de crear un grupo de fantasía para que la banda se libere de sus invisibles cadenas y despilfarre todo su arte en un disco como Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band. Macca fue el responsable de que la mejor banda del mundo sepa aprovechar el momento justo para hacer click y empezar a construir música que sea capaz de transformar el pop en rock, y que permita que el concepto de música como mero entretenimiento madure al arte en su más puro estado. La música dejó de ser entretenimiento y pasó a ser arte a partir de una idea de este tipo. Y a partir de esa consigna, todo toma otra dimensión. 

Y yo ayer estaba ahí. A 30 metros de Sir Paul McCartney, en lo que fue, y no dudo en asegurarlo, el día más feliz de mi vida.

¿Cómo no va a ser el día más feliz de mi vida si de arranque el señor te apunta al medio del quore y, con precisión de cirujano, te lo agujerea con "Magical Mystery Tour"? ¿cómo que no si mi viejo grita como loco y mi vieja llora como nena con "All My Loving" y toda la beatlemanía descocada de principios de los 60? ¿cómo que no si Macca se sienta al piano y me hace llorar a mí con "The Long and Winding Road",  me dedica tanto a mí como a todos los enamorados que estábamos ahí la balada "My Love" y puedo abrazar a la mujer que amo mientras la escucho?

¿Cómo no va a ser el día más feliz de mi vida si pude saltar y gritar con mi hermano y la bonita de mi cuñada y dejar el alma tirada ahí con "Live and Let Die", "Helter Skelter", "Get Back" y la mismísima "Sgt Pepper"? ¿cómo que no si pude cantarle a Paul el coro eterno de "Hey Jude", y pude escucharlo casi cantarme al oído la preciosa "Yesterday"? ¿cómo no si a la versión más perfecta que jamás escuché de "Eleanor Rigby" la continuó con ese pedacito de cielo llamada "Something"? ¿cómo no va a ser el día más feliz de mi vida si el tributo a Lennon fue "A Day In The Life" -la mayor obra musical jamás creada por The Beatles- y el himno "Give Peace a Chance", unidas en una pieza que no voy a olvidar jamás en mi vida?

¿Cómo no va a ser el día más feliz de mi vida si vi en vivo a un beatle y cantó todas y cada una de las canciones que me hicieron persona?

Lo fue. Seguro. Y lo fue no sólo por eso. Lo fue porque el recital fue exquisito, porque tuvo la dosis emotiva remixada con rock aplanador; por el feeling entre público y el artista que asombró. Porque el tipo sabe hacerte sentir parte del show de tu vida. Porque él está arriba del escenario sabiendo lo que genera en vos, y vos te sentís parte de esa burbuja que no querés que explote nunca más.


Fue el recital de mi vida, escuchando la música de mi vida en el mejor día de mi vida... ¿qué más se puede pedir? Nada. Nada en absoluto. No se puede pedir nada más. 

The Beatles Cover

No. Me niego a describir esto. Hermosísima versión: "I Will"...


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