Soy un drogón amparado por la ley

Ya sé que es el sueño de muchos amigos, pero creanme que no es nada del otro mundo. No han legalizado la marihuana, no señor. Nada que ver. Creanme en serio que no es nada del otro mundo.

De mis inyecciones diarias ya todos saben. No son intravenosas, pero igual despiertan curiosidad a desconocidos y bromas en amigos: "Date un saque, dale, y probá mi torta de cumpleaños" es un ejemplo claro de lo que me acontece casi a diario. Los pinchazos de insulina son constantes, no puedo parar ni un segundo. Mi primera adicción son los piques, no tengo forma de contrarrestarlos.

Las pastillas no me van, pero me obligan a tomarlas... ¡hasta mi vieja!. La droga en cuestión se llama Enalapril, y mis dosis también son diarias, y por la mañana, cosa de arrancar el día bien arriba. ¿El efecto?, nada... según el prospecto es "un inhibidor de la enzima convertidora de angiotesina, activo sobre el sistema renina-angiotensina"; según mi doctor es un protector del riñón. Para mí es una idiotez, todo por tener 13 - 8 de presión... ¡no jodamos!.

¿Esnifar?, y sí, por supuesto. Un drogón como yo no se puede quedar afuera de la experiencia con drogas duras. Esta noche es el ritual. La droga en cuestión se llama Furoato de Mometasona, y va por la nariz... así, tipo spray... ¡snif! y adentro, y seguro quedo con los ojitos llorosos. Dos saques a la noche y dos saques a la mañana... ahí sí te quiero ver. Todo por la rinitis, y porque me dicen que respiro con ronroneo y yo no lo escucho.

Drogarse así sí que es toda una experiencia: piques, pastillas y snifes diarios. Y todos amparados por la ley. Soy un drogón intocable, nadie puede decirme nada y nadie puede culparme de nada. Todo sea por la salud, eso sí. Salud.

¡Paren!... me estaba olvidando del "ácido". La Coca-Cola es mi principal remedio contra las hipoglucemias. Ahora sí complete el cartón. Piques, snifes, pastillas y ácido. Paradisíaco.