Vacaciones inesperadas
Este es un post programado, porque en este momento me estoy subiendo al cole: arrancan mis vacaciones inesperadas. Es lindo cuando se
alinean los planetas y pasan cosas como ésta... al empezar un laburo
nuevo el 1° de Diciembre daba por hecho que no tenía ni un día de
vacaciones. Resulta que primero decretaron los asuetos, por lo que
había dedicido irme a pasar Navidad a mis pagos con la familia y
festejar año nuevo en La Plata con mi familia postiza (la de mi amigote
Juan); y luego mi jefe-amigo me dio los dos días laborales que hay entre
las dos fiestas, por lo que tengo uno, dos, tres, cuatro... ¡doce! días
de vacaciones. Genial.
¿Qué voy a hacer?... lo mismo que todos los veranos (con tono sátiro de Pinky y Cerebro): ir a Viedma a disfrutar de familia, amigos, río, mar, arena, viento y acantilados. Puede parecer raro, pero hasta el viento disfruto cuando voy para allá. Esa maldita ciudad está cada día más linda.
Así que bueno, mantendré entonces la línea editorial que viene rondando este blog desde hace unos días :o)... algo abandonadito, pero con el mejor de los motivos.
Felicidades a todos y nos vemos a la vuelta, o antes, quién sabe.
¿Qué voy a hacer?... lo mismo que todos los veranos (con tono sátiro de Pinky y Cerebro): ir a Viedma a disfrutar de familia, amigos, río, mar, arena, viento y acantilados. Puede parecer raro, pero hasta el viento disfruto cuando voy para allá. Esa maldita ciudad está cada día más linda.
Así que bueno, mantendré entonces la línea editorial que viene rondando este blog desde hace unos días :o)... algo abandonadito, pero con el mejor de los motivos.
Te extrañooooo primoooo!!! Unas vacas sin vos no son ni "entretiempossss"
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