Streaming: el futuro de la música
El otro día leí en jenesaispop.com la nota "La piratería, el pasado. El streaming, el futuro", la cual me pareció muy interesante. En esta nota se aborda el tema de cómo las discográficas se siguen quedando en el pasado por seguir hablando de piratería en lugar de comenzar a preocuparse por el streaming (aunque lo ideal sería que en lugar de "preocuparse" se adapten, ¿no?).
Parece que con la llegada de Spotify (un nuevo servicio sueco de música online) la cosa está mucho más clara que antes: el streaming es el futuro de la música en Internet, y si me apuran, me animo a decir que en todos lados también. Con conexiones cada día más veloces y cada día más móviles, con ofertas musicales cada vez más amplias, con millones de visitas por segundo (que se traducen en millones de monedas por avisos publicitarios) y con el "antecedente actual" de sitios 2.0 como MySpace y el mismo YouTube, es casi lógico que, como dice la nota, de acá a un tiempo los beneficios que un artista y una discográfica puedan obtener saldrán antes de los anuncios de Spotify que de las ventas de sus discos.
Claro, hay muchísimo laburo de acá en adelante, tanto para Spotify como para los artistas y las discográficas, pero la cosa va para ése lado, y está bueno para todos tener en claro hacia dónde hay que apuntar los cañones.
Parece que con la llegada de Spotify (un nuevo servicio sueco de música online) la cosa está mucho más clara que antes: el streaming es el futuro de la música en Internet, y si me apuran, me animo a decir que en todos lados también. Con conexiones cada día más veloces y cada día más móviles, con ofertas musicales cada vez más amplias, con millones de visitas por segundo (que se traducen en millones de monedas por avisos publicitarios) y con el "antecedente actual" de sitios 2.0 como MySpace y el mismo YouTube, es casi lógico que, como dice la nota, de acá a un tiempo los beneficios que un artista y una discográfica puedan obtener saldrán antes de los anuncios de Spotify que de las ventas de sus discos.
Claro, hay muchísimo laburo de acá en adelante, tanto para Spotify como para los artistas y las discográficas, pero la cosa va para ése lado, y está bueno para todos tener en claro hacia dónde hay que apuntar los cañones.
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