domingo, 20 de abril de 2008

Sábado freak

Mi sábado tenía pocas perspectivas de transformarse en lo que se transformó, porque comerse una pizza con cerveza en Pueyrredón y Santa Fé a las 18.30 horas con una amiga es poco común pero no es una locura así como para decir "wow, qué loco soy".

Tirarse en una cama a mirar "Pacto con Lobos" en una Mac nuevita y hermosa tampoco es freak, sino más bien "geek", lo cual sigue sin ser extraño o inusual. Sí es la primera vez que lo hago, pero no será la última, seguramente.
Lo que sí hice y no voy a hacer nunca más es ir a ver una película del nipón Wakamatsu. Se los juro, nunca más. Fui a ver "A pool without water", película de 1982 que no está disponible en ningún formato "casero", además de no haberse estrenado nunca en cine. O sea, una película que no existe más que en el circuito underground cinematográfico. Yo la ví en el marco del BAFICI, y me arrepiento.
¡Qué película fea, aburrida y extraña!. Lo mejor es que la trama (si puede llamarse así) daba como para armar un film mucho mejor: un tipo casado, con dos hijos y laburo aburrido descubre que con cloroformo puede dormir a las personas, entonces se propone dormir japonecitas, violarlas y prepararles el desayuno, hasta que lógicamente lo descubren. Me cansé de ver japonecitas desnudas, de escuchar música espantosa y de acomodarme en el asiento porque no sabía qué hacer. Si tengo que recomendar algo es que no vayan. Hay muchas más opciones en el festival... ¡escogan otra!.
Pero eso era el comienzo: por la noche, después de tomar una cervezas con amigos y primos de amigos y demás, terminamos en Barracas en la "Russiandisco" (¿?). Un antro oscuro, con pinta de centro cultural venido a menos, en donde sólo se escuchaba música rusa, todos saltaban y hacían que bailaban como rusos (sí, sí... así, con los brazitos cruzados y levantando una pata a la vez) y eran así como vigilados por una gigantografía de Lenin con auriculares, sobre un fondo rojo (¿de qué color sino?) y despotricando en gran medida las ideologías rusas (¡¿qué hacía Lenin con auriculares?!, ¡por favor!)
Nunca terminé de entender como caí en ese lugar. Y juro que no estaba borracho. Me llevaron, me engatusaron y me llevaron. Y una vez ahí, bueh, supuse que iba a tomar vodka casi-gratis. Pero tampoco, cerveza caliente y nada más. No dure mucho, pero me sentí muy extraño. De 22 a 05 me sentí muy extraño.

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