@ cualquier lado
Tengo la cabeza
en cualquier lado. Cuando a uno las cosas le llegan por sorpresa, cuando no
espera buenas noticias y las recibe, o cuando piensa que había perdido el tren
y de repente asoma de nuevo, pierde la cabeza.
No me puedo
concentrar como debo. Pienso en el cambio, en qué voy a hacer, cómo lo voy a
hacer, cuánto voy a aguantar los pequeños sacrificios, cuán diferente será, qué
giro tomará mi vida... encima me confirman que todo sigue marchando, que sólo
quedan detalles. Es imposible laburar así, me cuesta mucho.
Si el primer tren
pasó, al segundo me subo. Creo ser un tipo de suerte por tener esa posibilidad.
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