...me lo digo a mí mismo y se lo digo a mi hermano, que por una lesión había tenido que quedarse con las ganas de estar el
20 de Octubre pasado. Me lo digo a mí mismo porque aquel 20 de septiembre del 1997 me había quedado yo con las ganas de viajar a Buenos Aires desde Viedma con un grupo de amigos por motivos mínimos que no vale la pena detallar.
Entonces que yo vaya por segunda vez a ver a Soda y que esta última vez haya podido ir acompañado de uno de los dos hombres que amo (el segundo es mi viejo, aclaro por si las moscas)
me pone la piel de gallina.
Y más con el infinitamente inmenso show que ví. Habiendo ido a dos de los seis River, le discuto a cualquiera que el último fue el mejor, por lejos. Tres horas y cuarto de música pura, de un escenario que esta vez sí se me vino encima y de tres músicos gigantes acompañados por otra muñecada que no se quedó atrás.
La "alineación de la luna con el escenario" que prometió Cerati se cumplió e hizo historia: que Gillespi toque con Soda me movilizó, porque fue (en una medida ínfima, pero fue al fin) una combinación que intentó reconciliar esas dos masas de seguidores que tan lejos están (la de SUMO y derivados con la de los stéreo propiamente dichos) y creo que lo logró. Poquito, muy poquito, pero lo logró. Aunque debo admitir que Cerati embarró todo pre "Prófugos" diciendo "dejame que tome algo porque sino la P y la R juntas no me salen, no puedo nombrarlas", cosa que me dio por las pelotas: fue un detalle menor, pero se podría guardado el comentario.
Más allá de eso, y volviendo sobre la calidad e intensidad del show, el "estreno" de La Cúpula en esta gira fue monstruoso, y la unión de "Corazón Delator" con "Signos" estuvo a la altura de "De Música Ligera" enganchada con "Un Millón de Años Luz". Aunque el mantra llego con "Fue", el monumental simulando un cielo de noche estrelladísimo y Gillespi trompeteando... me va a costar olvidarme de ese momento.
¿Contras?, y sí, las hubo... las pantallas gigantes tuvieron sus fallas (¡se pasaron de ratas si usaron las mismas para toda la gira!) y me pareció que el sonido no fue tan limpio como la primera vez que fui, pero la polenta que hubo arriba del escenario hizo que esas fallas pasaran a noveno plano: Zeta que no paró de saltar en ningún tema, Cerati que reventó una guitarra contra el escenario en una actitud high rockstar que no le calza ni un poquito, pero que a mí hasta me gustó, y Alberti... qué decir, un reloj suizo tiene menos precisión y tempo que él, un genio.
Que digan lo que les plazca, que sigan cantando "que se muera..." y que desacrediten a los Stéreo desde hoy hasta la eternidad, a mí me importa una mierda todo eso. Tremenda banda, tremendo shows, tremendo regreso y tremenda (nueva) despedida. He visto tocar en vivo a la banda más influyente de latinoamérica de los últimos 20 años, y eso no me lo quita nadie.
He dicho...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario